domingo, 24 de febrero de 2019
Requiem por el poeta asesinado
Al poeta lo abrazaron hasta asfixiarlo. El asesino utilizó para ello tenazas rompehuesos y la frialdad de la burla. El asesino dio fin a lo que el muerto había iniciado: "una paloma blanca muerta en la vía"
Al poeta apenas le quedaban entrañas, apenas unas costillas maltrechas, acaso unos viejos pulmones polvorientos, puede ser que un saco cocinado por el alcohol, y hasta un raro corazón con lamentos. La última milla del poeta fue la vida elegida, la vida quedada en el retrete, la vida espantada por la pobre vida. El asesino canceló toda sanación posible.
Luego lanzó los libros de poemas a la basura -son alérgicos a la poesía los asesinos- los sonetos y las cuartetas se mezclaron con heces de ratones, con caminos de cucarachas, con hojas de plátanos podridas. Sin embargo los versos suelen brillar con la luz. Así los vieron entre la hojarasca y los rescataron, un hombre calvo, una mujer hermosa, un niño futbolista, una anciana con bastón.
Amparar los libros fue como la resurrección del poeta, por fin salvado de entre los escombros de la vida.
poemas de Jorge Bousoño González
Sacrificio
Los ángeles llegan
con su halo de versos
su estela de notas celestiales
para iluminar
cae la lluvia, se acorrala la luz
los ángeles llegan y, a veces
tanta ausencia los desorienta
y equivocan el reparto de dones
hoy amaneció una paloma blanca
muerta en la vía
¡Pobre ángel!
Estado de sitio
El tiempo teje crestas
la bruma, penetrando por los poros
crea escudos y máscaras
una mano puede ser efímero disfraz
la voz es un concierto impúdico de verbos
y salgo
a caminar por las calles mojadas
remar / con buena fe sobre cubierta
se va convirtiendo en riesgo:
encrucijada de laberintos
marcas de pasos quedan
impregnadas en un latido hasta el convite final
mientras el camino llora sus versos
(ante el espejo, bien tarde, se disuelven muros y sueños).
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